martes, 16 de febrero de 2016

TIEMPOS HIPERVISUALES

Rolling Stones  - Estadio Único de La Plata -- 14/02/16 - Foto: La Nación
Disfrutar de la música que a uno le guste es sin dudas un acto placentero. Los procesos digitales facilitaron que esto tuviera un alcance masivo y que fuera posible escucharla en cualquier ámbito más allá de un sala de concierto o la comodidad de un living. Pero esto tuvo algunos hitos particulares. Cuando en la última parte del siglo XX surgen gran cantidad de radioemisoras que transmitían en Frecuencia Modulada estas eran más valoradas cuánto menos  palabras fuera de las canciones hubiera en las emisiones. La sucesiva aparición del walkman, el discman o el  Ipod permitió que la música fuera escuchada mientras se hacía al mismo tiempo alguna otra acción. Las compañías discográficas necesitaron reforzar la difusión del tema emblemático de cada nuevo CD y apareció el uso para esto del videoclip con imágenes de calidad cine aunque no siempre con contenidos coherentes con  las letras. Desde hace algunos años es común encontrar en bares, consultorios y oficinas públicas pantallas que están mostrando acciones visuales con el audio en off mientras al mismo tiempo se emite por otros canales música ambiental o emisiones de FMs.

En el anterior post: “Pantallas en la Escuela” mostraba como a cualquier hora del día, donde sea, y a diferentes edades, siempre hay pantallas frente nuestro como resultado del uso de diferentes dispositivos electrónicos. Pero existen campos adicionales donde la estimulación visual ha cobrado gran preponderancia. Uno es él de los recitales. A partir de que se necesitaba reunir la mayor cantidad de gente posible para satisfacer los costos de montaje, fue necesario ubicar grandes pantallas laterales de video para que los espectadores pudieran ver detalles de sus músicos preferidos que por la distancia física al escenario no le era posible hacerlo. Esto permitía sumar algunos otros contenidos a la proyección. Con la reciente llegada de las tecnologías LED los metros cuadrados de pantallas usados han crecido enormemente. No sólo cubren los laterales, sino también la parte superior y hasta el fondo de los escenarios en algunos casos. El porcentaje del campo visual del espectador ocupado por el artista es mínimo. Esto se acentúa aún más frente a la variedad de colores y a la alta definición de esas pantallas. Pero está minimización se profundiza porque en la mayoría de los casos las letras de las canciones sucumben ante un apabullante discurso lumínico que no tiene ninguna conexión con lo que se canta. Tal vez la tecnología fue más rápido que la creación artística visual en este rubro, pero por el momento solo parece procurarse un efecto discoteca. El hecho de que en recitales de cualquier género sea cada vez más habitual ver asistentes que pagaron caras entradas de campo haciendo “pogo” convalida ese tipo de puestas en escena. Es más importante estar, que escuchar.

En la mesa de al lado, estaba "la familia unitá"? - Foto propia

Otro aspecto a resaltar es la precocidad del acceso sin límites al uso de pantallas. Sin dudas tienen sus características comunes los nativos digitales de 1ra. Y 2da generación, los milenials, así como los nuevos grupos aún sin nombre. Habrá que interpretarlas y considerarlas en las propuestas educativas de todos los niveles. Pero sería interesante reflexionar sobre los efectos en ese chico de 4 ó 5 años que tiene frente a sí el mismo videojuego en tablet o celular mientras está en una sala de espera, cuando viaja con los padres, en la mesa esperando la comida o durante ella, antes de dormirse, etc, etc.. Desaparece así la adecuación a la espera, la observación del paisaje, el diálogo intergeneracional, etc., etc. Esta disociación entre palabras que se escuchan e imágenes que se observan,  es equivalente por ejemplo al de chicos jugando en el patio mientras los mayores están reunidos adentro de la casa?


Todo el mundo opina que la Educación debe reformarse, que debe adecuarse a los nuevos tiempos. Desde hace mucho los alumnos nos ven a los docentes en blanco y negro así como en cámara lenta. Ya logramos tener las escuelas-ciber [no por su desarrollo cibernético sino por ser ciber-cafés lúdicos, algo que explicaré en otro post]. Las demandas sociales en tiempos hipervisuales nos llevan a trabajar duro para lograr las escuelas-disco?

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