miércoles, 25 de marzo de 2009

EL PARQUE “ANALOGICO” VA POR SU TERCER SEMANA


Desde hace varios días escribo mis textos con una música repetida como fondo. Llega de los altavoces de un típico Parque de Diversiones trashumante que se ha instalado a media cuadra de mi casa. Con puntualidad abre al público a las 17 y cierra a las 24. Todos sus juegos son analógicos, es decir que después de una cierta cantidad de segundos un nuevo ciclo vuelve a comenzar. Están allí “viejos conocidos”: las Hamacas Voladoras, el Barco Pirata, la Rueda Panorámica ( sú tamaño no da para llamarla Gigante), la Calesita con los botecitos colgantes, y varias vías circulares con diferentes vehículos. La única novedad es que todos los juegos se mueven a mayor velocidad que en otras épocas. Influido por mis reflexiones sobre el uso creciente de los soportes digitales y la lectura fotográfica, auguré a su llegada que el Parque “Analógico” con suerte tendría éxito comercial un solo fin de semana.
Las empresas vienen empleando diferentes estrategias de venta para promover el uso de nuevos dispositivos tecnológicos de base digital entre los chicos que transitan la Escuela Primaria. Aquellas que prestan servicios de telefonía están entre estas. Prueba de esto es que hoy la mayoría de los que tienen 11 ó 12 años de edad disponen de celular y también el spot publicitario de los “ratoncitos” proponiéndoles tener el primer dispositivo multimedial. Hay diseñadores trabajando en equipos con cuatro teclas para que un niño de 6 años los pueda operar. A su vez los Family Games han dejado lugar a los planteos de las mejoras de la Play Station III respecto a la versión II. Y así podría seguir la lista con mucho material en diferentes soportes dirigido a esta franja etaria.
Ante la evidencia concreta de que los chicos ya usan mucho estos nuevos dispositivos, sumado a los millonarios esfuerzos para promocionarlos que se hacen, parecía razonable un desinterés por el Parque de Diversiones. No obstante permaneció una segunda semana con sus puertas abiertas con apreciable concurrencia. Pasada esta, hubo un par de días de silencio en el lugar y al siguiente la evidencia que se desarmaban algunos juegos. Era lógico suponer que la caravana se pondría de nuevo en marcha hacia otra localidad en busca de nuevos clientes. Pero horas más tarde tuve una enorme sorpresa. Todo seguía allí y se armó un nuevo juego de grandes proporciones. Cuál era? Uno que divierte con los mismos recursos desde hace al menos 50 años: El Gusano Loco. Y el Parque inició su tercer semana de funciones, sumando ahora además a algunos grandotes nostálgicos entre su público.
Mis presunciones teóricas para proponer estrategias aúlicas han sido puestas en discusión por estos juegos mecánicos y la respuesta de los niños ante ellos. Pienso por un lado el planteo de Analía Segal de que los juegos son simplemente eso y no deben “contaminarse” con lo escolar. En otro extremo puede decirse que el contacto directo con el aire, con el movimiento, con los materiales; sigue siendo como otrora un recurso didáctico atractivo. En el medio está el potencial de los dispositivos digitales. Tal vez el punto de reencuentro sea probar combinaciones de viejos y nuevos recursos en la sorprendente alquimia de la motivación.

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